Un juzgado de Barcelona (el nº 50) y otro de Madrid (el nº 90), ambos de Primera Instancia, han perdonado deudas superiores a 30.000 euros en cada caso a dos vecinos de sus respectivas localidades, D.C.M. y J.F.D.L, que habían sufrido ludopatía y toxicomanía, respectivamente, al concederles la Exoneración del Pasivo Insatisfecho mediante la Ley de la Segunda Oportunidad.
De hecho, tal y como recuerdan desde Ley de 2ª Oportunidad, despacho que ha llevado el caso, estas personas llevaban años sumidos en el ostracismo y la angustia más absoluta por su situación de insolvencia y, además, sufrían a diario la persecución y el acoso por parte de sus acreedores.
J.F.D.L. manifiesta que:
Mi psicóloga está tan contenta como yo. Me veía totalmente curado de mi adicción, pero esa angustia por las deudas contraídas y por las llamadas de los acreedores no ayudaban. Ahora se acabaron los miedos y puedo volver a hacer una vida normal.
UNA REHABILITACIÓN REAL
Estos dos clientes de Ley de 2ª Oportunidad habían caído en adicciones que les llevaron a endeudarse muy por encima de sus posibilidades, teniendo unas consecuencias fatales para su patrimonio.
“Ambos eran personas con ingresos regulares y su vida transcurría con normalidad, pudiendo hacer frente económicamente a los gastos que iban teniendo. Pero, unido al comienzo de sus adicciones, iniciaron una espiral de endeudamiento”, explica Puerto Barrientos Rubio, letrada responsable del Departamento de La Ley de la Segunda Oportunidad en este bufete.
No pudieron hacer frente a las obligaciones contraídas, quedándoles así una deuda de más de 30.000 euros sin poder liquidar.
Ambos consiguieron rehabilitarse tras un duro proceso personal y psicológico, pero era necesario un paso más por parte de la sociedad: que les fueran perdonadas sus deudas para realmente dejar atrás de manera efectiva su pasado y tener una segunda oportunidad.
Hay que tener en cuenta que en estos casos los acreedores llaman a todas horas para intentar cobrar, acreedores que muchas veces son desconocidos dada la frecuencia de cesiones o ventas desde los bancos y entidades de crédito a los fondos.
Ambos clientes siempre tuvieron el apoyo de sus familias y un psicólogo que les daba soporte terapéutico y que certificó en sede judicial la rehabilitación de sus clientes, pero teniendo en cuenta lo agobiante que puede ser tener a los acreedores llamando por teléfono a todas horas, podría resultar que finalmente su rehabilitación y recuperación definitiva involucionaran; necesitaban una ultima mano para poder dejar atrás de manera definitiva sus adicciones.
Un día, casi con la esperanza perdida, ambos encontraron a Ley de 2ª Oportunidad, descubriendo así la Ley de Segunda Oportunidad. Puerto Barrientos explica que “es fundamental que los jueces se impliquen y consideren importante apoyar a estos perfiles. Hay que tener en cuenta que, desgraciadamente, a día de hoy todavía hay jueces en algunas provincias que encuentran culpables a muchas personas por haberse endeudado. Tenemos que luchar por apoyar a estas personas si de verdad como sociedad queremos avanzar”.
El vecino de Barcelona, D.C.M., un profesional universitario muy cualificado y reputado en su campo, recuerda que:
Me avergonzaba tanta llamada insistente de acreedores, a veces delante de compañeros de trabajo o clientes. Me habia rehabilitado de mi ludopatia pero no acababa de salir del pozo. Casi tiro la toalla, pero Ley de 2ª Oportunidad me ha demostrado en todo momento un apoyo y una confianza fundamental para volver a ser quien siempre fui.
Ley de 2ª Oportunidad quiere resaltar que “la aplicación de la Ley de la Segunda Oportunidad no sólo es para empresarios, sino que existen muchas personas físicas, como J.F.D.L y D.C.M., que por circunstancias sobrevenidas no pudieron hacer frente a sus deudas”.
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